viernes, 28 de enero de 2011

La escuela única, según Lorenzo Luzuriaga (y lo que queda en la actualidad)


Estas son las características que habría de tener la escuela unificada, según Luzuriaga.

1.      “Respecto a los alumnos: equiparación de todos los niños en cuanto a las facilidades para su educación, sea cual fuere su posición económica y social, su confesión religiosa y su sexo; pero teniendo en cuenta sus aptitudes e inclinaciones
2.       Respecto las instituciones: la unificación de las diversas instituciones educativas, desde la escuela de párvulos a la universidad, estableciendo puntos de enlace entre ellas, aunque conservando cada una de ellas su fisonomía propia, su peculiaridad.
3.       Respecto a los maestros: aplicación de un principio unitario entre todos los miembros del personal docente de los diversos grados de enseñanza.
4.   Respecto a la administración: unificación de todos los servicios y funciones administrativas de la enseñanza y participación en ellos del personal docente”.

“La escuela única”, Lorenzo Luzuriaga, págs. 34- 36, Ed. Biblioteca Nueva, 2001


¿Crees que estas características se dan en el actual sistema educativo formal español? (Pregunta propuesta por Bernardo Ceprián Nieto, profesor de Política Educativa)


Lorenzo Luzuriaga (1989-1959) pretendió una renovación de la enseñanza sin precedentes en este periodo. La escuela única, activa, pública y laica que proponía entonces para sustituir a la obsoleta Ley Moyano, representa algunos de los principios de nuestra ley actual. A pesar de una guerra que mató los brotes del progreso en España, y sus consecuencias algunas enquistadas en la sociedad presente, las aportaciones de la escuela única de Luzuriaga nos han ayudado a entender la educación tal y como se conoce hoy en día.

                El planteamiento actual de la educación española se ha ido formando a lo largo de toda la historia, a través de las diferentes aportaciones y corrientes pedagógicas, y con las consecuentes e inherentes influencias culturales, políticas y sociales de cada periodo. Pero las aportaciones de Luzuriaga supusieron, y suponen, un avance en la filosofía educativa de nuestro país.

                Las becas que le concedieron para estudiar en el extranjero, y concretamente en Alemania, dieron como resultado que Luzuriaga, imbuido de las corrientes europeas de la Ecuela Nueva y del sentimiento de unificación pedagógica generalizado, trajera a España las ideas de renovación que se venían reclamando.

                La República, la Revista de Pedagogía de la que era director, Marcelino Domingo como ministro de Instrucción Pública, Fernando de los Ríos, los sindicatos, el programa educativo del PSOE… ensayaban caminos de regeneración cultural. Como impulsor de la escuela única le debemos el marco social en el que se encuadran nuestras leyes y la función social de la educación.

                Quizá las características que propone, aunque en principio tienen buena acogida, sean demasiado radicales para la inestabilidad política y las situaciones casi insostenibles entre los partidos de políticas opuestas.

                Respecto a los alumnos, Luzuriaga piensa que se debe garantizar la equiparación de todos los niños en cuanto a las facilidades para su educación, sea cual fuere su posición económica y social, su confesión religiosa y su sexo; pero teniendo en cuenta sus aptitudes e inclinaciones. Actualmente se garantiza la gratuidad de la enseñanza en los centros públicos y la coeducación, la selección de alumnos por requisitos que no tienen que ver con su posición económica y las ayudas del Estado.

En el capítulo I de LOE (2006), se recogen estos principios en relación al alumno.

                El sistema educativo español, configurado de acuerdo con los valores de la Constitución y asentado en el respeto a los derechos y libertades reconocidos en ella, se inspira en los siguientes principios:

a) La calidad de la educación para todo el alumnado, independientemente de sus condiciones y circunstancias.
b) La equidad, que garantice la igualdad de oportunidades, la inclusión educativa y la no discriminación y actúe como elemento compensador de las desigualdades personales, culturales, económicas y sociales, con especial atención a las que deriven de discapacidad.
c) La transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, así como que ayuden a superar cualquier tipo de discriminación.

                Luzuriaga es radical con la enseñanza privada, pues él defiende que “siendo la educación un servicio esencialmente público, la enseñanza privada sólo tiene razón de ser como medio de investigación y experimentación pedagógicas”[1] (4º punto). Pretendiendo la supresión de las escuelas públicas o privadas que dieran lugar a diferencias por razones económicas.

                Por ello no debemos confundir términos: la escuela única pretendía unificar y no uniformar. Es decir, no rechaza la existencia de varios tipos de instituciones escolares, no se identifica con el monopolio de la enseñanza por parte del Estado (actualmente dudo que el Estado pudiera prescindir de los centros privados para garantizar la escolarización de toda la población) y tampoco se identifica con el laicismo como anticlericalismo, sino con la libertad de credo[2].

                Pero cabe preguntarnos si esto se entendió entonces y se entiende ahora. ¿Acaso seguimos, casi un siglo después, manteniendo que la de Luzuriaga es una postura radical? Entiendo que en el contexto de aquel periodo resultara difícil de conseguir, pero actualmente existen trabas muy similares a las de entonces.

                En el Artículo 48 de la Constitución de 1931, aunque pretende instaurar la línea de la escuela única, se “reconoce a las Iglesias el derecho, sujeto a inspección del Estado, de enseñar sus respectivas doctrinas en sus propios establecimientos”. Era, como ahora, elección de los padres que sus hijos recibieran clases de religión.

                De todas formas, es emocionante pensar que las ideas de un discípulo y maestro de la ILE, influenciado ni más ni menos por Giner y por Cossío en el Museo, están vigentes en nuestro sistema educativo actual.

                En la Revista de Pedagogía[3] Luzuriaga escribe algunas de sus ideas de reforma que se plasman en LOE:
La educación como función pública y compromiso estatal,

Articulo II. Fines.  Los poderes públicos prestarán una atención prioritaria al conjunto de factores que favorecen la calidad de la enseñanza y, en especial, la cualificación y formación del profesorado, su trabajo en equipo, la dotación de recursos educativos, la investigación, la experimentación y la renovación educativa, el fomento de la lectura y el uso de bibliotecas, la autonomía pedagógica, organizativa y de gestión, la función directiva, la orientación educativa y profesional, la inspección educativa y la evaluación. (LOE)

Desarrollar al máximo las capacidades vitales del niño e intruducirle en “la vida de su tiempo”.

El sistema educativo español se orientará a la consecución de los siguientes fines:
a) El pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades de los alumnos.(LOE)

La educación ha de tener en cuenta solo las capacidades y aptitudes y no la situación económica

Artículo 1. Principios. El sistema educativo español, configurado de acuerdo con los valores de la Constitución y asentado en el respeto a los derechos y libertades reconocidos en ella, se inspira en los siguientes principios:

a) La calidad de la educación para todo el alumnado, independientemente de sus condiciones y circunstancias.
b) La equidad, que garantice la igualdad de oportunidades, la inclusión educativa y la no discriminación y actúe como elemento compensador de las desigualdades personales, culturales, económicas y sociales, con especial atención a las que deriven de discapacidad.
c) La transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, así como que ayuden a superar cualquier tipo de discriminación. (LOE)

                Respecto a las Instituciones, se pretende la unificación de las diversas instituciones educativas, desde la escuela de párvulos a la universidad, estableciendo puntos de enlace entre ellas, aunque conservando cada una su fisonomía propia, su peculiaridad. La unificación comprende también los tres grados (de 4 a 12 años, de 12 a 18 y de los 18 años en adelante), muy parecidos a los de ahora:

                Las enseñanzas que ofrece el sistema educativo actual son las siguientes:

a) Educación infantil.
b) Educación primaria.
c) Educación secundaria obligatoria.
d) Bachillerato.
e) Formación profesional.
f) Enseñanzas de idiomas.
g) Enseñanzas artísticas.
h) Enseñanzas deportivas.
i) Educación de personas adultas.
j) Enseñanza universitaria.

                Los principios de intervención educativa que impregnan el currículo actual, como los de globalización, individualización o socialización, ya los proponía Luzuriaga en las Bases para un anteproyecto de Ley de Instrucción Pública inspiradas en la idea de la escuela única[4]: la Escuela Única es la organización unitaria de las instituciones educativas de un pueblo; es una escuela nacionalizada, socializada e individualizada.

                No cabe duda de la importancia de las aportaciones de Luzuriaga a la educación española. No todo lo que pretendía se ha llevado a cabo, pero tras sus grandes luchas se llegó a adquirir en España un sentido profundo de renovación política y técnica de la educación. Aunque después, con el franquismo, se suprimiera el laicismo y la coeducación, la enseñanza se volviera confesional, se censuraran los libros y se “depurase” al personal docente.

                “Necesitamos esfuerzos y responsabilidad colectiva en la educación”, “La Religión fuera de la escuela no es anticlericarismo, sino respeto y consideración para con las diferencias”, “La Educación para la Ciudadanía debe ser una asignatura integrada en el currículo”, “Debemos conseguir la inclusión educativa en todos sus sentidos”… ¿Titulares de la Revista Pedagógica de Luzuriaga o de los diarios actuales?

                Estudiando la historia nos podemos dar cuenta de que algunos problemas de entonces quedan todavía sin resolver, de que muchos de los discursos actuales no son temas nuevos y de los errores que no debemos volver a cometer si pretendemos el avance y el progreso del país.

                Como hemos podido comprobar, muchas de las características de la escuela única de Luzuriaga se pueden encontrar en la pedagogía actual y se llevan a la práctica normalmente. En las Ley de educación actual se descubre el ideal socializador de la enseñanza (la educación como derecho) que perseguía el manchego. Pero todavía quedan muchos esfuerzos para que la sociedad se implique en la educación tanto como se pretendía y que, realmente, desaparezcan todas las desigualdades.

“La educación pública es esencialmente función del Estado, laica o extra - confesional, gratuita, de carácter activo y creador, social, igual para alumnos de distinto sexo, con unidad orgánica, productora de una cultura para adultos, dotada de un magisterio unificado y administrada toda ella por un Ministerio de Educación Nacional”. 

(Bases para un Anteproyecto de la Ley de Instrucción Pública inspiradas en la idea de la Escuela Única) Lorenzo Luzuriaga


BIBLIOGRAFÍA:
~         CAPITAN DIAZ, A., Historia de la Educación en España, T. II: Pedagogía contemporánea, Dykinson, Madrid, 1.991. (desde “La constitución de la República Española (1931) y la Escuela Única”)
~         DELGADO, B. (ed.), Historia de la Educación en España y América.T. III: La educación en la España Contemporánea (1.789-1.975), Ed. Fundación Santa María- Ediciones SM, Madrid, 1993. (Páginas 685-690)
~         LUZURIAGA, L. “La escuela unificada”. Madrid. J. Cosano. 1922
~        RUIZ BERRIO, J. , El Significado de la Escuela Unica y sus manifiestaciones Históricas, Revista de educación, Madrid 1976, n. 242 (Páginas 51-63)


[1] Luzuriaga, L.  “Ideas para una reforma constitucional de la educación pública”. Revista de Pedagogía. Abril de 1931.
[2] Luzuriaga, L. “La escuela unificada”. Madrid. J. Cosano. 1922. Páginas 9-10.
[3] Luzuriaga, L.  “Ideas para una reforma constitucional de la educación pública”. Ob. Cit.
[4]Luzuriaga, L. “Bases para un anteproyecto de Ley de Instrucción Pública inspiradas en la idea de la escuela única”  (1931, reedición y puesta al día de su obra de 1918).


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